En la escuela, la figura del docente, en cualquier de sus formas y funciones, debe ser intocable. Los docentes tenemos un rol fundamental en la sociedad, somos parte de la formación de las comunidades, enseñamos a pensar críticamente y colaboramos en la formación de los niños y jóvenes para el futuro. En la Ciudad, recuperamos ese espacio y reivindicamos, todos los días, la práctica de nuestros maestros, profesores y directivos. Ahora, apostamos a mejorar la formación docente para tener a los mejores maestros en nuestras escuelas. 

Estamos convencidos de que formar a quienes educan es el mejor camino para tener mejores escuelas y potenciar el desarrollo integral de los estudiantes. Creemos en la formación docente de rango universitario, por eso fundamos la Universidad de la Ciudad. La capacitación constante de los educadores es nuestra prioridad, dedicamos esfuerzos y recursos a la incorporación de nuevas herramientas pedagógicas y premiamos a aquellos docentes que se capacitan. 

La formación docente es uno de los pilares centrales de la educación de calidad. Porque con buena formación, hay buenos docentes. Debemos ir hacia una  Carrera Nacional Docente que unifique criterios de formación y estandarice los protocolos de elegibilidad, promoción y ascenso, respetando siempre la diversidad que existe en las distintas provincias de nuestro país, pero equilibrando la balanza para reducir las injusticias.

Sí, yo creo en la organización colectiva y creo en la sindicalización,  cuando es honesta, constituye una elección libre y es, sobre todo, respetuosa de los derechos de los estudiantes. Estoy en contra de las extorsiones mafiosas que sólo buscan el beneficio para unos pocos. A pesar de que esa postura es minoría, debemos trabajar para que la educación sea un servicio esencial despojada de todo tipo de condicionamientos y adoctrinamientos.