Sobre mí

Soy hijo de inmigrantes y desde chico, en mi casa, aprendí el valor del esfuerzo y el trabajo y el amor por la educación. De mi papá italiano heredé la firmeza y la disciplina de trabajo y de mi mamá española y maestra, la vocación docente. Me crié en una sala de maestros y fue allí donde empecé a soñar con lo que quería ser.

Cuando iba a la secundaria, descubrí los Modelos de Naciones Unidas de la Asociación Conciencia y, entre juegos y aprendizajes, terminé de encontrar mi pasión por aprender y enseñar. Con la vocación clara de lo que quería ser y hacer, me enfrenté a desafíos que me marcaron y que me permitieron cumplir mi sueño profesional, me recibí de maestro jardinero y de maestro de grado. 

Además de cursar el magisterio, y con la meta clara de querer trabajar por una educación de calidad y por la escuela del mañana, me recibí de licenciado y profesor en Ciencias de la Educación y realicé una maestría en Gestión y Planeamiento de la Educación. 

Mientras estudiaba, también trabajaba, porque en mi casa -como en la de cada argentino- las cosas nunca fueron fáciles. Trabajaba de maestro en diferentes escuelas, era asesor en el Congreso y, por las noches, iba a la facultad a estudiar. 

Los Modelos de ONU y mi espíritu inquieto y emprendedor desde chico me dieron, además de la vocación docente, una fuerte impronta de trabajo solidario y compromiso con el hacer para transformar, que se tradujeron en servicio ciudadano a través de la política. Primero, fue -de chico- pintando con amigos los cordones de las calles de nuestro barrio para que se viera más lindo. Después, fue como voluntario en Asociación Conciencia y fundando el grupo juvenil dentro de esta ONG que se denominó Conciencia Joven. Y años después fundando La Generación, una agrupación juvenil que tiene como fin hacer una mejor política todos los días.